Experto Universitario en Gestión y Atención Integral del Paciente en Edad Pediátrica

PRESENTACIÓN

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la United Nations International Children´s Emergency Funds (UNICEF) coinciden en afirmar el elevado valor de la infancia para un país y para el mundo entero. Por ello, consideran importante crear un escudo protector basado en políticas específicas que favorezcan la protección del menor, la salud y el cuidado dentro de la familia y de su entorno. Según la «Declaración de los Derechos del Niño», del 20 de noviembre de 1959 y refrendada en 1989 por la Organización de las Naciones Unidas ha reconocido los principios de ayuda a la infancia como una obligación para todos los países, generando actuaciones concretas como son la Carta de «Derechos del niño hospitalizado», la protección del menor ante el maltrato infantil y juvenil, el fomento de la lactancia materna o iniciativas tales como el «Hospital Amigo de los Niños».

También debemos destacar que los parámetros epidemiológicos de mortalidad y morbilidad infantil suponen uno de los indicadores de riqueza y pobreza más significativos para un país; por lo que, la mayoría de los países occidentales han apostado por mantener políticas específicas de ayuda y protección a este núcleo poblacional tan vulnerable y trabajan con los indicadores positivos y negativos de la Calidad de Vida de un País, que requieren una atención específica y focalizada. Sobre todo centrada en una atención orientada a la educación, a la prevención y al mantenimiento de un buen estado de salud. Centrada de forma más específica, en la alimentación, el ejercicio, las dinámicas de juego y a un ambiente saludable, libre de violencia y de explotación. Gracias a este conjunto de medidas se ha conseguido reducir progresivamente la mortalidad infantil y perinatal, provocando un cambio acelerado tanto en los patrones de morbilidad, como en los motivos de consulta a los expertos sanitarios.

Otro punto destacable de la situación actual es la edad media de la sociedad, ya que en estos momentos la sociedad se encuentra mayoritariamente en envejecimiento y por ello, el valor de la infancia parece adquirir más valía si cabe. Sin embargo, existe un elevado estigma derivado de los cambios sociales de las últimas décadas que afectan especialmente a los jóvenes adolescentes. En la actualidad, se reconoce que dicho período de edad debe estar incluido en la edad pediátrica y en este aspecto, la educación sanitaria debe estar enfocada hacia los embarazos no deseados, las enfermedades de transmisión sexual, los trastornos de la conducta alimentaria, las conductas adictivas y los trastornos psico-sociales.

Por una parte, debemos destacar la importancia de saber aplicar cuidados integrales ante la diversidad cultural. Ya que el incremento del número de nacimientos debidos a la inmigración, junto a la población extranjera, con edades comprendidas entre los cero y los catorce años, ha aumentado de forma significativa la utilización de los servicios de salud en el ámbito materno infantil, y que unido a la ya problemática específica, se suman problemas de diversidad cultural, adaptación social, paro, hacinamiento, etc… es decir, un gran reto de cara al cuidado de la salud de las enfermeras y enfermeros en la atención pediátrica para el que es necesario tener conocimientos sobre gestión sanitaria y metodologías de cuidados.

Por otra parte, es indispensable estar cualificado/a para poder llevar a cabo una atención integral de calidad a la infancia, desde el nacimiento hasta el fin de la adolescencia. Teniendo las capacidades para llevar a cabo una educación sanitaria y una prevención de problemas de salud de forma primaria, secundaria e incluso terciaria. Para ello, es necesario conocer el programa de atención integral a la infancia, las etapas del desarrollo del niño/a, la valoración de dichas etapas mediante valoraciones bio-psico-sociales y el conocimiento y valoración de su entorno familiar y social.

Por lo tanto, la enfermería pediátrica debe saber dar respuesta a la problemática en un marco de salud y enfermedad, en los diferentes niveles asistenciales posibles, es decir, tanto en la atención primaria como en atención especializada. Y sabiendo combinar la calidad del trato ajustada a una etapa tan dinámica y cambiante que afecta tanto al recién nacido como al adolescente y una atención altamente tecnificada, con una farmacología muy compleja y unos cuidados humanísticos que pretenden implicar a la familia, en un entorno terapéutico que no desvíe demasiado al niño y adolescente de su desarrollo como persona en la sociedad.


TITULACIÓN A QUE CONDUCIRÁN LOS ESTUDIOS PROPUESTOS

Acreditaciones académicas:
Título de Formación Permanente de la Universidad Europea Miguel de Cervantes en colaboración con Grupo Formación EGS de “Experto Universitario en Gestión y Atención Integral del Paciente en Edad Pediátrica”.